Los hombres y las mujeres, durante mucho tiempo, no podían hablar o preguntar abiertamente sobre temas relacionados con el sexo. Lo anterior ha dado como resultado la creación de suposiciones y planteamiento falsos, conocidos como mitos sexuales, que provocan miedos y culpas.
Por ejemplo, mitos como la idea de que los hombres tienen más deseo sexual que las mujeres, que es consumo de algunos alimentos afrodisiacos influye en el deseo sexual, que el tamaño del pene determina la masculinidad de una persona, que en la primera relacion sexual el himen de las mujeres tiene que romperse forzasamente y que, en esta primera relación, no puede haber embarazo; todos ellos son mitos.
Los seres humanos tenemos derecho a ejercer libremente nuestra sexualidad y dejar a un lado los mitos.
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